

NOS ESTAMOS MUDANDO A OTRO BLOG MUCHO MÁS COMPLETO Y CON MUCHAS MÁS POSIBILIDADES. PODÉIS ENTRAR POR www.migueljara.com o http://migueljara.wordpress.com/
Si Cristina Garmendia quiere sacar adelante ese proyecto de cambio de legislación -ahora es de su competencia tras las nuevas atribuciones de su Ministerio- tendrá que contar con el Ministerio de Industria, que también posee competencias legislativas en temas de patentes. El citado periódico recuerda que "al frente de Industria estará, en los próximos años, Miguel Sebastián, amigo y protector político de Cristina Garmendia y figura en ascenso por su amistad con Rodríguez Zapatero".
Si no he contado mal, las industrias biotecnológicas (compuestas por las pro transgénicos y farmacéuticas) tienen cuatro ministerios y cuatro ministros a su disposición: Agricultura, Sanidad, Innovación e Industria. Y además han visto mermado en sus facultades el de Medio Ambiente.
Algunas cosas, como digo, comienzan a cambiar, a peor, se entiende. Para muestra un botón. El pasado fin de semana TVE emitió un reportaje sobre alimentos transgénicos. Como cuenta en una carta dirigida al programa en que se emitió una persona que ha trabajado en el Ministerio de Agricultura y ha sido testigo del vaivén de lobbistas pro transgénicos en el mismo, se eliminó (por problemas técnicos) la intervención de la única voz crítica con el tema de los Organismos Modificados Genéticamente (OMG´s) aplicados a la agricultura, la de Juan Felipe Carrasco, de Greenpeace.
Dazolin no es ni mucho menos el único medicamento con el que se obtienen tan fantásticos beneficios. La investigación de Cocca y sus alumnos deparó otras "sorpresas" o no tanto. Así, el omeprazol, Losec, del laboratorio Astra, en un país recién salido como el que dice de una fortísima crisis, presenta un 33.130% de diferencia entre el precio al que compra el principio activo el fabricante y el precio al que lo vende en las farmacias.
El conocido Voltaren, de Novartis, ofrece un 27.223% de diferencia; el Valium de Roche, un 20.141%; Feldene de Pfizer, un 12.860%; o Adalat, de Bayer, un 6.671%. Cipro, el famoso medicamento con el que Bayer chantajeó al mismísimo gobierno de Estados Unidos en los meses posteriores al 11-S (era el preparado supuestamente ideal para combatir con éxito el anthrax) en Argentina ofrece un 1.560 entre lo que cuesta y a lo que se vende, datos siempre según los estudios del profesor Cocca.
Este farmacéutico me ha contestado que la gran pregunta es si a los genéricos se les obliga a ponerles un precio mínimo que, curiosamente, coincide con el de las marcas. Pues bien, eso no es cierto. Las Especialidades Farmacéuticas Genéricas (EFG) surgen a partir de los diez años de que se comercializa la marca y su precio se fija siguiendo el protocolo normal para fijación de precios en España (se entrega una memoria a la que se acompañan los gastos de comercialización, y otros trámites).
Pero el tema no es ese. La fibromialgia existe: es una enfermedad multisistémica clasificada por la Organización Mundial de Salud con el número M79.9 (CIE-10, Clasificación Internacional de Enfermedades, última versión) y tiene una prevalencia del 2,4% de la población. No es una enfermedad psicológica. Personas con una predisposición genética a la fibromialgia pueden desarrollar la enfermedad en la que hay una respuesta anómala del sistema nervioso que hace que la persona tenga mucho dolor, cansancio y otros síntomas.
Se cree que también juegan un papel importante en esta enfermedad la hipoxia celular (falta de oxígeno en las células) y el óxido nítrico. La presencia de tóxicos en nuestra vida cotidiana puede ser otro factor que desencadena esta enfermedad.
Salvo por un par de revistas que han publicado sobre el mismo, Interviú y Discovery DSALUD -con un trabajo mío similar-, este asunto es uno de los temas tabú del sistema sanitario: Algo que "todo el mundo sabe" pero nadie conoce con pruebas. Cuando hablas con otras personas "todas" parecen conocer que muchas empresas farmacéuticas ofrecen regalos de todo tipo a los galenos para que receten sus productos. Pero si dicha práctica es ilegal (la Ley del Medicamento puesta en práctica en junio de 2006 en España prohíbe rigurosamente hasta el más pequeño detalle hacia los sanitarios), más abominable es, si cabe, que se ofrezca dinero a los médicos.
Estas prácticas cabe recordar que están incluso perseguidas, al menos en teoría, en el Código Deontológico de las propias patronales farmacéuticas, como el que publicó Farmaindustria (patronal española) hace unos años. El trabajo de Mir e Informativos Tele5 deja en evidencia que hoy se está comprando la voluntad de aquellos que se comprometieron en su día a trabajar por la salud de los ciudadanos.
Es más, la redactora ha mostrado de manera inteligente algunas de las graves consecuencias -no todas, supongo que por falta de espacio-, que esta corrupción sistematizada conlleva: los laboratorios están consiguiendo que de manera mayoritaria los médicos receten fármacos de marca antes que genéricos, algo que las leyes hechas en la última legislatura en España intentaban combatir. El fracaso de la Administración sanitaria es rotundo (Admisnitración que conoce perfectamente la práctica del "tarugueo", como se conoce al sobornar a los galenos) y mira para otro lado como si nada pasase.
Grupos organizados y financiados por las empresas de los sectores más contaminantes y nocivos del planeta actúan en la sombra contra los intereses ciudadanos: los lobbies industriales
Es evidente (existe muchísima literatura verdaderamente científica al respecto) que las 104.000 sustancias químicas liberadas en el ambiente, muchas de ellas nocivas para nuestra salud, están provocando cánceres. Según las estadísticas oficiales, más de 100.000 cada año en España. Las cifras de personas afectadas por enfermedades relacionadas con los productos químicos tóxicos no paran de crecer. Es uno de los problemas de salud y ecológicos más graves para el ser humano en la actualidad.
La información de El País cita que un grupo de científicos unidos en torno a la organización Sense about Science (Ciencia con sentido) son los que critican la actitud y las palabras de las dos "famosas" aludidas. Lo que no cuenta la redactora del diario es que los lobbies industriales de casi todos los sectores pero especialmente del químico y farmacéutico financian asociaciones científicas que trabajan para deslegitimar todo aquello que pueda poner en peligro los intereses económicos de sus patrocinadores.
Este es un clarísimo ejemplo: Sense about Science, como ellos mismos reconocen en su página web, están financiados por the ABPI, AstraZeneca plc, BBSRC, The Biochemical Society, Blackwell Publishing, BP plc, British Institute of Radiology, Dixons Group plc, Elsevier, Engineering and Physical Sciences Research Council, The Esmee Fairbairn Foundation, Garfield Weston, GE Healthcare, GlaxoSmithKline, Halifax Bank of Scotland, Health and Science Communication Trust, Institute of Physics, Institute of Physics and Engineering in Medicine, John Innes Centre, John Innes Trust, Medical Research Council, NESTA, New Scientist, Oxford GlycoSciences plc, Pfizer plc, The Physiological Society, Royal Academy of Engineering, Royal Astronomical Society, Royal College of Radiology, Royal Pharmaceutical Society of Great Britain, Royal Society of Chemistry, Science Careers.org, Social Issues Research Centre, The Society for Applied Microbiology, The Society for Endocrinology, The Society for General Microbiology, Unilever plc. Help with equipment, facilities and services has been received from: AXA Investment Management, Horticultural Research International, Institute of Biology, The Natural History Museum, Lord Stevenson of Coddenham, and WPP.
Existen científicos que comen de la mano de los sectores económicos más sucios y antisociales. Forman grupos de presión a favor de las compañías que les financian
Este grupo de científicos es un lobby pagado, entre otros, por farmacéuticas e instituciones pro químicos tóxicos. Una de sus especialidades es atacar a personas y colectivos que apuesten por una cultura natural, que no sigan los mandatos del entramado tecnocientífico actual. Son la voz de su amo, que alquilan su "prestigio" para salvar la cara de las industrias que están lucrándose con la pérdida de salud de las personas y que dañan nuestro medio ambiente.
La estrategia de promoción entre los médicos de ciertos laboratorios farmacéuticos es clara: dinero a cambio de recetas
Hoy mismo me he enterado que una institución pública como la Agencia de Evaluación de Tecnología e Investigación Médicas de Cataluña acaba de hacer público su Código de buenas prácticas científicas en la relación con la industria sanitaria. Urge profundizar sobre los conflictos de interés que rodean al sistema sanitario porque la salud de las personas no puede ser una mercancía.