miércoles, 30 de enero de 2008

El regreso de la controvertida Talidomida

Hace unos días la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA, por sus siglas en inglés) ha dado su visto bueno a la aprobación de la muy controvertida Talidomida como medicamento paliativo para el cáncer de médula osea, mieloma. Según los estudios presentados por el laboratorio fabricante, Pharmion, su producto puede alargar la vida de enfermos terminales durante 18 meses. Las víctimas del fármaco en España (unas 200 asociadas en Avite -que calculan que puede haber 3.000 afectados todavía-) han manifestado su apoyo a los familiares de esta enfermedad y su alegría de que puedan ver mejorada su existencia. Pero también han querido alertar a las autoridades sanitarias europeas, a los consumidores y, en general, a toda la población, sobre la extrema peligrosidad del medicamento que en su día inventó Heinrich Mückter, un médico de la empresa Chemie Grünenthal de pasado nazi (en breves fechas ampliaremos con numerosos datos este particular).
"Lo que exigimos es que los controles que se van a realizar a personas que lo toman, hombres y mujeres, sean reales, para evitar que puedan nacer nuevos bebes sin brazos y sin piernas, como sigue ocurriendo por todo el mundo. Ni la EMEA ni el laboratorio Pharmion nos dicen quién se haría cargo de esos bebes que pudieran nacer mutilados", explica un portavoz de Avite.
Hace ya 50 años que ocurrieron los nacimientos con malformaciones tras el consumo de Talidomida y aún hoy España e Italia son los dos únicos países del planeta que no han reconocido a sus víctimas, cuando se está aprobando el fármaco para otro uso.
La Talidomida es un peligroso principio activo que Pharmion lleva tres años largos intentando que se apruebe para el mieloma. Las víctimas exigen controles exhaustivos para su comercialización pues su nocividad es tan grande que con sólo tocarlo entra rápidamente en el cuerpo y llega a la sangre, como confirman los laboratorios productores. De hecho, en la fábrica de Pharmion en el Reino Unido sólo la manipula personal de sexo masculino para evitar que en caso de ser tocada por mujeres embarazadas los fetos tengan problemas.
Una de las particularidades de la nueva-vieja Talidomida es que el tratamiento para un mes, que estará financiado por la Seguridad Social, está estimado que costará más de 1.200 euros. Esto supone un enorme negocio para los laboratorios productores pues el coste de la materia prima ronda los 0,10 euros.
La EMEA ofrece su visto bueno sin escuchar las advertencias de los afectados por la Talidomida de que existen numerosos informes críticos sobre el producto. "A nosotros la EMEA sólo nos ha enseñado los que son favorables al fármaco", reconocen las víctimas españolas. Cabe recordar que la máxima institución europea en el control de la seguridad y eficacia de los medicamentos no realiza estudios independientes cuando una compañía solicita la aprobación de uno de sus preparados.
Se limita a analizar la documentación aportada por el laboratorio, eso sí, con ingentes equipos de científicos, en concreto tres profesionales sanitarios por cada comité de cada país. Parece que en este caso la EMEA se fía de unos laboratorios a los que el pasado les persigue, como lo demuestra la mera existencia de víctimas vivas del Holocausto Talidomida.